Ubicado en la segunda sección del Bosque de Chapultepec, esta obra de arte fue construida para la inauguración del Cárcamo de Chapultepec en 1951, para festejar el término de una importante obra que llevaría agua potable hasta la ciudad de México.
Pasaron 42 años hasta que el Centro Nacional de Obras Artísticas decidió desviar el curso del agua para ver la obra. Su sorpresa fue mayúscula al ver que la belleza estaba intacta
La historia de esta estructura y el mural, están ligadas al sistema hidráulico de Ciudad de México. Para construirla, tardaron más de diez años y millones de pesos, con el fin de traer aguas del tío Lerma hasta la ciudad.
Cuando culminaron la obra, a modo de celebración, Diego Rivera, el famoso artista mexicano, le dio un toque diferente, un toque artístico, un toque de magia.
Junto a Ricardo Rivas y Ariel Guzik, diseñadores del edificio y compañeros de Diego Rivera, el equipo completo creó una verdadera obra de arte, tanto en su exterior como en los túneles y espacios internos.