El astroturismo, una tendencia cada vez más frecuente para los apasionadas por la sostenibilidad y la divulgación científica, tiene en Montevideo un nuevo punto de referencia para alzar los ojos al cielo nocturno y disfrutar de la belleza de las estrellas: el nuevo Planetario reabrió su cúpula con un equipo digital de última generación y el acondicionamiento de un edificio con más de 60 años de historia.
De hecho, inaugurado el 11 de febrero de 1955, el Planetario de Montevideo fue el primero de Iberoamércia. En este marco, Uruguay se presenta como un destino más que atractivo para el turismo astronómico, ya que más allá de telescopios u observatorios modernos, existen rincones en los que el patrimonio celeste, con cielos nocturnos limpios -sin contaminación lumínica- como hay en Cabo Polonio, Laguna de Rocha y Villa Serrana, entre otros, permiten al viajero mirar el cielo y pasear por las constelaciones, dejándose fascinar por el color de los planetas y el brillo de la Luna.
La belleza de las estrellas está allí, en el cielo, esperando a ser observada no sólo por bohemios, poetas y románticos, ni tampoco sólo por matemáticos, físicos y químicos. El esplendor del universo, del patrimonio celeste, es un paisaje que todos pueden disfrutar. En este sentido, y si bien es una tendencia que viene consolidándose poco a poco, cada vez son más los apasionados por el astroturismo.
Considerada como una actividad tanto lúdica como científica, el astroturismo o turismo astronómico permite poner en valor diversos recursos naturales, culturales, de paisajes y de elementos patrimoniales vinculados a la ciencia que se ocupa del estudio de los cuerpos celestes del universo -planetas, satélites, cometas, estrellas, etc.-, tratándose de una actividad que se desarrolla tanto en lugares cerrados, como observatorios y planetarios, o bien en espacios abiertos libres de contaminación lumínica.
En este último caso, Uruguay cuenta con varios rincones que se destacan por la calidad de su cielo nocturno limpio, sin contaminación lumínica, significando lugares que de otra manera -por sus otros atractivos turísticos- cierto tipo de público quizá no tendría en cuenta. Por ejemplo, Cabo Polonio, Laguna de Rocha o Villa Serrana, entre otros, sin duda son destinos turísticos emblemáticos, los cuales pueden ser descubiertos por los aficionados a la astronomía al considerarlos nuevos destinos por su cielo.
A nivel internacional existen instituciones que trabajan por la protección del cielo y lo reivindican como derecho de la humanidad, sirviéndose del astroturismo para potenciar otros segmentos igual de importantes, como el desarrollo sostenible de zonas rurales, revalorizándose como sitios de patrimonio científico, cultural, medioambiental y dinamizador de la economía a través del turismo de las estrellas.