Actualmente, solo el 9% del plástico empleado se recicla y casi la mitad acaba en los vertederos o tirado en la naturaleza según datos de Naciones Unidas, pero su uso forma parte de nuestro día a día y por eso ha comenzado a fabricarse a partir del almidón, la resina o el aceite para causar el menor efecto medioambiental posible.
Anillas para latas de bebida fabricadas con resina reciclada; bioplásticos hechos con elementos biodegradables como almidón, celulosa y aceites vegetales o filmes antibacterianos obtenidos a partir de aceites esenciales, son algunas de las innovaciones creadas para que el plástico deje de ser uno de los materiales más altamente contaminantes.
La Comisión Europea calcula que entre 5 y 13 millones de toneladas de plásticos —entre el 1,5 y el 4% de la producción mundial— acaban en los océanos cada año, el 39% se incinera, el 31% va a los vertederos y sólo el 29% se recicla, mientras que en Estados Unidos hace cinco años solo se aprovechaba el 9% del plástico usado.
Según datos de la ONU, cada minuto se compra un millón de botellas de plástico para beber, mientras que cada año se utilizan en todo el mundo hasta 5 billones de bolsas de plástico de un solo uso.
Un informe de la multinacional americana Hi-Cone sobre el estado del reciclado de plástico señala que la mitad del material que se produce está diseñado para ser desechado después de utilizarlo una sola vez y que en la actualidad se generan alrededor de 300 millones de toneladas de residuos plásticos al año, equivalentes al peso de toda la población humana.
Según este estudio, de continuar esta tendencia, en 2050 los océanos podrían contener más plástico que peces, a lo que hay que añadir que la descomposición de estos materiales forman partículas microplásticas que pueden ser ingeridas por las especies marinas y tener efectos nocivos en la cadena alimentaria.
El plástico de un solo uso agota los recursos naturales, añade gases de efecto invernadero a la atmósfera, daña la vida silvestre y deteriora los paisajes y océanos; es por ello que organismos y gobiernos de todo el mundo se han fijado metas para que todos los envases sean reciclables, el año 2030 en el caso de la UE.