La Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio de los Estados Unidos (NASA) ha puesto en la mira la exploración de cuerpos y superficies congeladas en el Sistema Solar.
Para lograrlo, el Laboratorio de Propulsión a Chorro (JPL) ha desarrollado un rover submarino para la exploración bajo hielo llamado Bruie. Este vehículo es capaz de sumergirse debajo del agua y adherirse al hielo por su parte inferior.
El robot mide casi un metro de largo, y puede transportar cámaras y aparatos de medición de datos. La flotabilidad de Bruie le permite adherirse al hielo por debajo del agua, además está equipado con dos ruedas que le ayudan a navegar por esa superficie congelada.
El Bruie ya ha pasado sus primera pruebas en las aguas de Alaska y el mar Ártico, aunque se prepara para el que será su reto más importante hasta ahora, pues será insertado debajo de los gruesos hielos de la Antártida, donde pasará meses en la recolección de datos y manejo de obstáculos.
Si logra pasar esta prueba, el Bruie demostrará que puede ser una pieza vital para la exploración de Encélado, una luna de Saturno, o Europa, luna de Júpiter, ambos cuerpos celestes que están cubiertos por hielo en su superficie, pero que guardan en su interior mares de agua líquida donde los científicos sospechan que se pudo haberse desarrollado vida.
De hecho, la NASA ya ha anunciado la misión Europa Clipper, en la que mandarán al satélite de Júpiter rovers y aparatos de medición para explorar su superficie.
En el mejor de los casos, la misión partiría en 2023, pero se tiene programado un primer lanzamiento a una fecha más real, para 2025.