Los paneles solares instalados en Alemania han generado una cantidad récord de electricidad, acabando con la poca rentabilidad de las plantas de carbón que quedaban en el país.
El cielo despejado, sin contaminación en Alemania, ha ayudado las plantas fotovoltaicas a generar 32.227 megavatios, superando el récord marcado el anterior 23 de marzo. Se espera que las buenas condiciones brillantes esta semana, según el servicio meteorológico federal de Alemania (DWD).
Las energías renovables están reduciendo el uso del carbón, el combustible fósil estrella del desarrollo industrial de Alemania. El gobierno prevé que la energía verde será el 80% del mix eléctrico para 2038, en 2019 fue el 40%.
El gobierno ha llegado a un acuerdo con los operadores de las centrales de carbón para reducir gradualmente la potencia de sus centrales eléctricas para 2038. Algunas de esas instalaciones pueden cerrar antes de lo previsto, ya que la caída de los costes de la energía solar y los precios de los bonos de carbono hacen que la energía producida con carbón sea cada vez menos rentable.
Las buenas condiciones llevaron a que la energía solar produjera hasta un 40% de la energía de Alemania el lunes, comparado con el 22% producido por el carbón y la energía nuclear, según Agora Energiewende. La energía solar, eólica y otras renovables representaron el 78% de la producción de electricidad de Alemania.
La menor actividad ha reducido la demanda de electricidad, así como el tiempo más soleado y ventoso de la primavera aumenta la producción de las energías renovables, que tienen prioridad sobre los combustibles fósiles en la alimentación de la red.
Esto da como resultado que cada vez haya más horas en las que los precios de la electricidad se vuelven negativos, donde se paga a los consumidores por consumir el exceso de energía de la red. El fenómeno es más evidente en los días festivos o los fines de semana que coinciden con un tiempo excepcionalmente soleado o ventoso.
Las fuentes de energía verde, como la solar y la eólica, se usan antes que la producción más costosa, como el carbón y el lignito. Con precios negativos, los combustibles fósiles desaparecen.