La ciudadela inca de Machu Picchu, la principal atracción turística de Perú que se encuentra cerrada desde el 16 de marzo por la emergencia del COVID-19, volverá a recibir visitantes a partir del 1 de julio con un máximo de 675 turistas por día.
La afluencia de público a esta joya arquitectónica de los incas estará lejos de los 5.000 visitantes diarios que acostumbraba a recibir durante la temporada alta antes de la pandemia, que tiene a Perú como el segundo país de Latinoamérica y el octavo del mundo con más casos confirmados de COVID-19 al superar los 220.000, reseñó EFE.
El gobernador de Cusco, Jean Paul Benavente, detalló a la agencia oficial Andina que el límite de visitantes será de 75 por hora para los cuatro recorridos distintos que se pueden hacer dentro del área donde se ubican las ruinas, con una duración máxima de 1 hora y 20 minutos.
Ese documento pendiente aún de aprobación por parte del Ministerio de Salud, contempla la obligación de mantener el distanciamiento social, el uso de mascarillas y la restricción de ciertas áreas, entre otras normas.
De momento Machu Picchu solo será accesible para los turistas nacionales, pues Perú mantiene el cierre total de todas sus fronteras.
A partir de julio el Gobierno tiene contemplado permitir el transporte interprovincial de pasajeros, que está suspendido desde que comenzó el confinamiento a mediados de marzo.
La reactivación del transporte terrestre y aéreo de pasajeros a nivel nacional estará en principio dentro de la tercera fase de las cuatro previstas por el Ejecutivo para reactivar la economía.
Para incentivar la recuperación del turismo, el Gobierno aprobó la entrada gratuita a Machu Picchu hasta final de año de los visitantes menores de edad y mayores de 65 años, tanto nacionales como extranjeros.