De acuerdo a Karine Leger, directora de Airparif – agencia que monitorea la calidad del aire en París – «Estamos siendo testigos de una mejoría en la calidad del aire, incluyendo la disminución de agentes contaminantes responsables por el calentamiento global como el dióxido de carbono».
La última evaluación presentada remarca una mejora del 20 al 30% en la calidad de París conurbano, sumado a una caída del 60% de los óxidos de nitrógeno. Por otro lado, las micro partículas PM10 y PM2.5, tan finas que pueden flotar en el aire grandes distancias y penetrar en las vías aéreas, se encuentran en medidas casi imperceptibles.
La afamada (y transitada avenida) Champs Elysees reporta niveles de sonido de 70 a 90% menores a su promedio diario, de 6 a 9 decibeles en la noche, según reporta Matthieu Sineau de Bruitparif, agencia que monitorea la contaminación sonora.
«Estos tiempos tan desafortunados, al menos está ayudando a que la gente se dé cuenta de la importancia de un ambiente con menor contaminación», reflexiona Sineau.
Habitantes parisinos están intentando disfrutar esta paz temporal, en medio de los difíciles tiempos que supone sobrellevar una pandemia de tales proporciones. Escuchando los pájaros y disfrutando el silencio mientras hacen las salidas permitidas a comprar comida o medicamentos.
Se espera que una vez el lockdown, o cierre obligatorio, que mantiene a los parisinos en sus hogares sea levantado, los niveles de contaminación en el aire y sonora volverán a su negativa normalidad.