La agencia calificadora HR Ratings sostuvo que las finanzas públicas se encuentran en un “situación complicada”, debido al fuerte control fiscal sobre la deuda, pero se observan cambios de tendencia hacia una política anticíclica.
En su reciente análisis, la evaluadora indicó que si bien esto se consideró positivo, también podría resultar contraproducente ante un contexto de fuerte debilidad económica.
El déficit del gobierno federal mostró una reducción prácticamente a la mitad del registrado en 2018, al ubicarse en 41.1 mil millones de pesos, y es necesario incurrir en uno de 256.7 mil millones de pesos para llegar a lo estimado -467.1 mil millones de pesos- por la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP).
Ello significa 65.6 por ciento más que el objetivo establecido para el cuarto trimestre de 2018, cuando era de 155 mil millones de pesos, apuntó en un comunicado.
Con respecto a la deuda presupuestaria ajustada, estimó que ésta representó cerca de 41 por ciento del PIB, es decir, fue similar al cierre de 2018 a pesar del lento crecimiento de la actividad económica. “Esto refleja el efecto positivo de la disminución del déficit presupuestario”.
En tanto, HR Ratings apuntó que los ingresos presupuestarios no ajustados aumentaron 32 por ciento en septiembre por el avance de 170 por ciento de los ingresos petroleros.
Sin embargo, indicó que estos ingresos petroleros incluyen la aportación por 97.1 mil millones de pesos del gobierno federal a Petróleos Mexicanos (Pemex) y, que al descontarla, estos aumentaron 7.8 por ciento.
Esto representa una mejora importante en comparación con la reducción a 15.6 por ciento acumulada a agosto.
Respecto a los ingresos tributarios, refirió que estos se incrementaron apenas 4.8 por ciento durante el noveno mes del año en curso y, por tanto, muestran una desaceleración con respecto al avance de 6.5 por ciento al mes previo anterior.
Pero, expuso, los ingresos de la Comisión Federal de Electricidad (CFE) cayeron 1.2 por ciento con respecto a su avance de 1.2 por ciento reportado en agosto, como consecuencia de la debilidad económica observada durante el tercer trimestre de 2019.
Los ingresos propios del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) y del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE) también perdieron fuerza, pues sólo crecieron 3.3 por ciento en comparación con 6.4 por ciento acumulado a agosto.
Además, indicó que el gasto programable -ajustado por el apoyo fiscal a Pemex- cayó 7.8 por ciento en septiembre, como resultado de la debilidad en el gasto de capital, en especial en la inversión financiera.
“Vemos en estos resultados cierto cambio de tendencia en el gasto hacia un patrón anticíclico reflejado en el fuerte incremento del gasto corriente de 13.9 por ciento y en una caída menor en la inversión física”.