Instituciones y artistas nos explican cómo cambiará nuestro día a día
¿Esto es una bandera de humo negro ondeando en el patio del Museo Thyssen? ¿Casualmente vemos cómo el cielo de Madrid se llena de dióxido de carbono coincidiendo con la Cumbre del Clima? Afortunadamente la respuesta es negativa, no es real, se trata de una simulación, pues es una escultura virtual creada por del irlandés John Gerrard, Western Flag (Spindletop, Texas) 2017.
Con esta forma de arte, artista e institución nos hacen énfasis en el agotamiento de los recursos naturales y la responsabilidad del ser humano en el calentamiento global.
En esta era actual de transformaciones ecológicas, en que vivimos situaciones como el aumento del nivel del mar, la extinción de especies, la contaminación de plástico de los océanos o el agotamiento de recursos, entre otros; comprender la gravedad de la situación suelen ser complicado ya que a menudo los datos y gráficos que ofrecen los medios y las instituciones son incomprensibles y convierten el problema ecológico en algo ajeno a nuestras vidas.
Pensando en esta problemática de comunicación, el arte se pone al servicio de la ciencia y busca ayudarnos a entender cómo va a cambiar nuestro día a día, cómo hemos llegado hasta aquí y que podemos hacer para ralentizar el cambio climático.
El Museo del Prado y la ONG WWF, por ejemplo, también nos muestran qué podría pasar si la temperatura aumentara más de 1,5ºC -de acuerdo con investigaciones de los científicos, punto de inflexión para evitar severos daños- y lo hacen modificando cuatro obras de la colección permanente a través de montajes fotográficos.
La reinterpretación que hacen de Los niños en la playa, de Joaquín Sorolla; El quitasol de Goya; Felipe IV a caballo, de Velázquez y El Paso de la laguna Estigia, de Patinir, tiene como proposito alertarnos sobre la extinción de las especies, el drama de los refugiados climáticos, el aumento del nivel del mar o la desaparición de los ríos y cultivos por la sequía extrema.
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