El INEGI, por medio de la Encuesta Nacional sobre la Discriminación en México, dio a conocer que al menos un millón 200 mil personas tienen discapacidad visual; es decir representa al 27 por ciento de la población discapacitada.
Ricardo Mastachi, observo el caminar de sus compañeros con los ojos cerrados debido a la carga académica y trabajos, lo que ocasionó que el estudiante de mecatrónica de la Universidad Iberoamericana de Puebla se preguntó: ¿cómo apoyar a las personas ciegas?
Dispuesto a encontrar una solución, encontró a una compañera de la carrera de Diseño Industrial y juntos se propusieran la meta de conocer a personas invidentes para saber más acerca de sus necesidades reales.
En un principio el proyecto Ándalo tuvo como prototipo como una caja de cereal, que fue transformada en un dispositivo que funciona con sensores ultrasónicos con los que permitia a la persona invidente tener sus manos libres, dándole una ventaja sobre el clasico bastón para invidentes.
Se utilizaron sensores ultrasónicos ya que es un principio científico que es utilizado por los murciélagos para ubicarse por medio de una señal de sonido que impacta con objetos; a su vez la industria automotriz lo aplica en los vehículos cuando avanzan en reversa y hay objetos cerca.
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