La ESA ha respaldado el diseños y el desarrollo de esta célula solar flexible y ultrafina para ofrecer la mejor relación potencia y peso para las misiones espaciales. Un avance que en un futuro se trasladará a la energía solar comercial, esperamos.
Al contar con un grosor de sólo 0,02 mm, más delgado que un cabello humano las células solares prototipo fueron desarrolladas por Azur Space Solar Power en Alemania y tf2 en los Países Bajos; la célula de la foto es de tf2. El proyecto fue respaldado por la Agencia Espacial Europea, que investiga nuevas tecnologías para el espacio.
Contando con una eficiencia de hasta el 32% al final de la vida útil, las células solares se produjeron utilizando una técnica llamada “despegue epitaxial“, lo que significa que se desprendieron de la capa de sustrato de germanio sobre la que se colocaron inicialmente, de modo que el costoso material puede ser reutilizado.
Se fabricaron células solares de triple y cuádruple unión. Esto significa que consisten en tres o cuatro capas diferentes de material, optimizadas para hacer uso de las diferentes longitudes de onda de luz que componen el espectro solar.
Estas células solares, más fina que el papel, podrían aprovecharse para futuros satélites de la ESA o bien para pseudo-satélites de gran altitud (HAPS) – aviones o globos sin tripulación para realizar tareas similares a las de los satélites desde la atmósfera superior.