No es un misterio que el sector empresarial enfrenta uno de sus momentos más duros, el Covid-19 ha venido a cambiar la vida tal cual la conocíamos. Millones de personas en cuarentena, negocios cerrados y el no tener un panorama preciso sobre cómo y cuándo regresaremos a la normalidad, no ha hecho más que generar pronósticos funestos en la economía global.
El comercio se ha visto muy afectado y no hay una recuperación inmediata a la vista, las compañías en todo el mundo se están enfrentando a falta de personal para seguir operando, retrasos en las cadenas de suministros, oficinas vacías, restricciones de viaje para concretar oportunidades de negocio y en el peor de los casos el cierre parcial o definitivo de sus operaciones.
Pese al esfuerzo de las PYME por seguir adelante, no tienen el equipo, la infraestructura o las herramientas de administración para permitir que su personal trabaje desde su casa, generando retrasos en las entregas y proyectos. Pese al desolador escenario que se vislumbra, el mercado encontrará estrategias y nuevas formas de hacer negocio.
Cuando comience la recuperación, el sector de la subcontratación o outsourcing será más relevante y popular que nunca. Las empresas están lidiando con procesos que desearían haber automatizado antes de que la mayoría de sus empleados tuvieran que trabajar desde casa. Estas circunstancias serán un factor decisivo para que muchas empresas se abran hacia la digitalización y la automatización de sus procesos de trabajo.
Ese será el mayor desafío; permanecer en el negocio hasta que termine la primera fase de esta crisis. Una vez que sea así, habrá una mayor demanda de servicios de outsourcing. Especialmente en las áreas de seguridad, entornos de trabajo digitales, servicios en la nube e inteligencia artificial. Los economistas esperan que el cuarto trimestre de 2020 muestre
Outsourcing la nueva forma de hacer negocio, ante la crisis del COVID-19
