Debido al problema ambiental que ha generado el uso de vasos, platos, cucharas y otros envases de plástico, estudiantes del Instituto Politécnico Nacional (IPN) en México decidieron desarrollar un bioplástico a partir de la cáscara de papa.
El proyecto nace por la alta demanda que existe de plásticos elaborados con polímeros sintéticos y se propone una alternativa de un bioplástico que está elaborado a base de cáscara de papa, lo que transforma residuos orgánicos en productos de uso común para el país, explicó Joel Sánchez Díaz, uno de los creadores de este bioplástico.
Este desarrollo se encuentra en la fase de prototipo y, de acuerdo con Yoxan Solís Vázquez -otro de los estudiantes-, se utilizaron residuos orgánicos como el almidón de la cáscara de papa y la fécula de maíz, con lo que el bioplástico obtenido tarda en degradarse entre cuatro y cinco meses.
Ambos estudiantes, junto con su compañera Gabriela García Orozco, han hecho pruebas y aseguran que el biopolímero tiene la capacidad de contener una bebida con temperatura de hasta 150ºC, en contraste con la temperatura que alcanza un café o té común, que va de los 35ºC a los 45ºC, de manera que el material no se destruye con el calor.Desde la producción a la degradación no causa ningún impacto negativo al medio ambiente. No tiene sabor y el color que tiene actualmente es naranja, pero se puede producir sin este, informaron en un comunicado difundido por el IPN.
Con este bioplástico los estudiantes buscan sustituir los polímeros provenientes del petróleo, que se usan comúnmente para la elaboración de contenedores desechables como vasos o platos, y que tardan más de 500 años en degradarse; el siguiente paso será continuar las pruebas y esperar a poder comercializarlo.