En 2018, la organización BirdLife advirtió que el último ejemplar de la especie fue visto en 2000 y, desde esa época, el gobierno implementó una estrategia para reintroducir en su hábitat a los últimos ejemplares criados en cautiverio en Europa.
«¡Ellas llegaron!», publicó en su cuenta de Twitter. Las «ararinhas-azules», como son conocidas en portugués, desembarcaron en la tarde en un aeropuerto de Pernambuco y deben seguir hacia Curaçá, en Bahía, de donde el ave es considerada oriunda y donde fue construido un centro de reproducción, paso previo a la liberación. La reintroducción de estas aves, de pico negro y deslumbrante plumaje con varios tonos de azul, se realiza en el marco de un acuerdo entre el ICMBio y la ONG alemana Asociación para la Conservación de Loros Amenazados (ACTP).
Las 50 guacamayas deberán pasar por una cuarentena de 21 días. Luego un grupo, cuyo número aún no fue determinado, será destinado para su reproducción. Los otros ejemplares serán entrenados para ser liberados a partir de 2021. En rueda de prensa, tras la llegada de las aves, portavoces del IMCBio explicaron que estas aves precisarán aclimatarse y recibir entrenamiento especial para enfrentar los desafíos de la vida salvaje.
Esta especie, que ganó fama mundial con la película de animación «Rio» en 2011, fue declarada extinta de su ambiente natural en 2000, afirma ICMBio. Solo existen unos 180 ejemplares en cautiverio, estima el instituto. Una de las principales amenazas es la caza ilegal, el tráfico y la destrucción de su bioma.
«En la década de 1980, fueron identificadas tres ararinhas-azules por expedicionarios, y, en una nueva misión diez años después, fue avistada la última», explicó el ICMBio. Todos estos esfuerzos de conservación ayudaron en el aumento de la población nacional de la especie, siempre en cautiverio.