La República Dominicana reabrió, bajo estrictas medidas sanitarias, el turismo, paralizado totalmente desde mediados de marzo a raíz del cierre de fronteras por el impacto mundial de la COVID-19.
Los hoteles y los aeropuertos dominicanos volvieron a recibir visitantes, unos pocos turistas locales y extranjeros, después de tres meses de cierre, que ha sido demoledor para el sector, del que dependen un 8 % del producto interior bruto (PIB) y 300.000 empleos directos.
El Aeropuerto Internacional de Punta Cana, el principal del país, recibió a ritmo de merengue sus primeros tres vuelos, concretamente desde Puerto Rico y Estados Unidos, el mayor emisor de turistas a la nación caribeña.