El prototipo fue creado por cinco estudiantes, de entre 24 y 31 años. Buscan que una firma tecnológica con capacidad industrial quiera producir estas máquinas a gran escala
Son argentinos, tienen entre 24 y 31 años, y han dejado al mundo boquiabierto con un invento que parecía imposible: una máquina que enfría bebidas en solo 30 segundos.
Los cinco integrantes de la empresa Chill it (enfríalo, en inglés) crearon un prototipo que ya ha dado sobradas muestras de que funciona. En cada lugar donde lo presentan, sorprenden al público como si se tratara de un acto de ilusionismo. Pero aquí no hay truco: la lata de gaseosa, cerveza o cualquier otro producto bebible de 350 centímetros cúbicos ingresa al artefacto, y promediando el medio minuto, ya está helada, lista para tomar. Ellos lo llaman “el microondas que enfría”.
La idea surgió hace cinco años en la universidad del Centro de Estudios Macroeconómicos de Argentina (CEMA), donde un grupo de tres estudiantes de Administración de Empresas, Marcos Condomí Alcorta, Nicolas Kolliker Frers y Santiago Schmidt, debía presentar un trabajo práctico sobre innovación, y solventarlo con un modelo de negocios.
Fueron muchos años de investigación y desarrollo. Pensaron en usar nitrógeno, pero era demasiado costoso. Estudiaron, probaron, fracasaron, perdieron dinero, pero insistieron. Hasta que encontraron un método. Luego, Luciano Cismondi y Pablo Di Lorenzo, ambos estudiantes de ingeniería electrónica, se sumaron al proyecto y lograron transformar esa idea que parecía irrealizable en una máquina que funciona. ¡Y muy bien!