Las autoridades culturales de Perú iniciaron la reserva y venta de entradas para visitar desde enero próximo la ciudadela inca de Machu Picchu, así como para recorrer la ruta del Camino Inca, que desde su reapertura en noviembre pasado ha sido de acceso gratuito.
El Ministerio de Cultura abrió el proceso, a través de la Dirección Desconcentrada de Cultura del Cusco, para los interesados en ingresar al sitio arqueológico.
TARIFAS DE INGRESO
Tras señalar que en los próximos días se informará sobre la venta de boletos para los siguientes días de enero, el ministerio recordó que el aforo diario permitido en Machu Picchu es, actualmente, de 1.122 visitantes, equivalentes al 50 % del total, para cumplir con las medidas de seguridad sanitaria.
A partir del 1 de enero, la tarifa general para los visitantes nacionales, extranjeros residentes en el país y ciudadanos de la Comunidad Andina, que Perú integra con Bolivia, Colombia y Ecuador, será de 64 soles (18 dólares) y para estudiantes de educación superior y menores de edad de 32 soles (9 dólares).
Además, los nacidos en la región del Cusco, donde se encuentra la ciudadela, tendrán ingreso gratuito todos los domingos, siempre y cuando tengan un boleto de ingreso generado al menos 24 horas antes de su visita.
Para los visitantes extranjeros, la tarifa para los adultos será de 152 soles (42,8 dólares), para estudiantes de 77 soles (21,6 dólares) y para menores de edad de 70 soles (19,7 dólares).
REQUISITOS INDISPENSABLES
El Ministerio de Cultura recordó que para ingresar a Machu Picchu es requisito indispensable, además del boleto, la presentación del documento nacional de identidad, carné de extranjería o pasaporte y carné de educación superior vigente en el caso de los estudiantes.
Los menores de tres años tienen ingreso libre y todos los menores de edad deben estar acompañados por un mayor de edad.
La ciudadela de Machu Picchu estuvo cerrado desde marzo pasado, cuando comenzó la pandemia de la covid-19, hasta el 1 de noviembre, cuando comenzó a recibir a turistas con un aforo limitado y el cumplimiento de un estricto plan de seguridad sanitaria que comprende llevar mascarillas y mantener la distancia social.
Desde el reapertura, los peruanos no han pagado para ingresar al sitio arqueológico, una medida que adoptaron las autoridades para promocionar el retorno del turismo interno y contrarrestar el impacto económico de la epidemia.