Con una inversión de 242 millones de dólares, la central solar Don José, cuya instalación fue resultado de las subastas eléctricas de la Reforma Energética, se consolidó como la segunda central más grande del país y la 11 del mundo, en tan sólo más de un año desde su entrada de operación, generando la electricidad para abastecer el consumo anual de cerca de medio millón de hogares.
Tiene una extensión de mil 300 hectáreas, que equivale a 1.5 veces el Bosque de Chapultepec, tiene una capacidad instalada de 260 MW que permiten producir hasta 625 gigawatts (GW) de electricidad al año, lo que equivale al consumo de 475 mil hogares mexicanos, explicó Luis Alfonso Ruiz, superintendente de Enel para el parque solar.
Los paneles son la pieza clave de la central solar, cuyo color oscuro es propicio para atrapar la luz del astro celeste. Cada panel mide un metro de ancho por dos de largo y cuenta con 72 celdas de cilicio, material que funciona como un semiconductor de la electricidad, además el panel también contiene otros componentes como boro y fósforo. Estos elementos separan los fotones de la luz del sol, convirtiéndolas en una carga eléctrica que es conducida por tiras de plata hacia un inversor que procesa la energía.
La intermitencia del clima es el principal problema de la planta: “Las nubes complican la operación, cuando tenemos mucha nubosidad los paneles suspenden operaciones automáticamente, hasta que el sistema encuentra condiciones propicias para retomar la generación”, explicó el superitendente de la planta.
En los primeros seis meses de este año, el sector solar creció 32 por ciento, al pasar de 3 mil 75 MW, en diciembre de 2018, a 4 mil 57 MW, en junio de 2019: “México está llamado a ser un jugador mundial en energía solar, una de las más competitivas y de mayor dinamismo. El crecimiento sostenido de la energía solar contribuye a atender la demanda de electricidad del país, que crece a un ritmo anual superior a 3 por ciento”, dijo Héctor Olea, presidente de la Asolmex.