El equipo pertenece al lote de 200 unidades que Apple ensambló en aquella época, de acuerdo con el portal RR Auction.
Dos cosas llaman la atención: que esta computadora sea completamente funcional, es decir, que funciona aún, y que pueda ser vendida por al menos 300.000 dólares, el precio de una casa en cualquier parte del país.
Lo otro llamativo es que en su momento, Wozniak y Jobs hayan invertido unos 250 dólares en la compra de sus aditamentos, y que la hayan vendido en la impactante cifra de 666,66 dólares. “Como matemático, me gusta repetir dígitos y eso fue lo que pensé que debería ser”, admitió Wozniak en 2014 para Bloomberg.
Ahora, como lo adelanta un reporte de CNBC, para alguien familiarizado con el diseño elegante de los productos de Apple de la actualidad, el Apple-1 puede parecer torpe y tosca.
Básicamente se trata de una placa de circuito y una interfaz de cassette (que le permite guardar contenido en una cinta de audio estándar), además de un kit de teclado y un monitor de video separados que están encerrados en una voluminosa caja de madera para su protección.
También viene con otros accesorios que le permiten funcionar correctamente, incluida una fuente de alimentación, un modulador de video que muestra la salida en una pantalla de TV o monitor, así como con copias del manual del usuario.
Este ejemplar de la Apple-1 que salió a subasta en RR Auction ya se había exhibido anteriormente en el Computer History Museum, ubicado en Silicon Valley, y fue restaurado en 2019 por un experto de Apple llamado Corey Cohen.
Según la leyenda urbana, cuando inventaron el Apple-1, Wozniak y Jobs querían vender la placa de circuito en partes para que los clientes mismos pudieran ensamblarla. Pero Paul Terrell, el dueño de la tienda de computadoras Byte Shop, enclavada en Mountain View, California, los convenció de que los clientes querrían comprar una computadora preconstruida. Así quedó detallado por Walter Isaacson en la biografía autorizada “Steve Jobs”, publicada en 2016.
Fue entonces que, durante un mes, Wozniak y Jobs pusieron manos a la obra en el ensamblaje de aquellas computadoras Apple-1 en el garage de la casa de Jobs. El dueño de Byte Shop les compró 50 unidades, los amigos adquirieron otras 50, y por último la pareja de emprendedores se quedaron con otras 100 computadoras para colocarlas de diferentes puntos de venta.
De estas apenas se vendieron 175, razón por la cual el modelo se ha convertido en un artículo de colección tan codiciado.