Científicos de España desarrollan hoy un estudio con el objetivo de evaluar el uso de nuevos indicadores para determinar la salud de los ecosistemas marinos.
La investigación es realizada por especialistas del Centro Oceanográfico de Málaga, perteneciente al Instituto Español de Oceanografía, y del Institut de Ciÿncies del Mar de Barcelona, cuyos primeros resultados se publicaron en la revista científica Marine Pollution Bulletin.
Este estudio se centró en el análisis del plancton, es decir el conjunto de organismos, principalmente microscópicos, que flotan en aguas saladas o dulces, incluso se encuentran a unos 200 metros de profundidad aproximadamente.
De esta forma se busca determinar si la diversidad del picoplancton (mil veces más pequeño que un milímetro) y del nanoplancton (100 veces más pequeño que un milímetro) es un bioindicador útil para verificar el buen estado ambiental, explican los expertos.
«Los microorganismos del plancton responden muy rápido a perturbaciones en el ecosistema, como son la entrada masiva de nutrientes o la contaminación, por lo que podrían ser indicadores útiles de estos impactos», asegura Isabel Ferrera, investigadora del Instituto Español de Oceanografía en Málaga y primera autora del trabajo.
Para el desarrollo del estudio se seleccionaron seis zonas de muestreo en diferentes áreas del mar Catalano-Balear, adyacentes a territorios tanto urbanos como agrícolas, y bajo la influencia de ríos y aguas subterráneas.
Según los expertos, este trabajo supone un avance en el cumplimiento de la Directiva Europea de Estrategia Marina, ley vinculante diseñada para hacer una contribución a la conservación, protección y restauración de los ecosistemas marinos; así como a la reducción y minimización de la contaminación.
«Los programas de vigilancia deben permitirnos conocer la condición en la que se encuentra el mar y cómo este responde a la presión ejercida, ya que sólo así podremos gestionar los impactos negativos que llevan a la degradación ambiental de algunas áreas y las podremos mantener en buen estado», precisó Esther Garcés, investigadora del Institut de Ciÿncies del Mar de Barcelona.