En muchas ocasiones aún desconocemos que habitan las profundidades congeladas de la Antártida, que nueva forma de vida está encerrada bajo una plataforma de hielo. Más allá del océano abierto, a unos 260 kilómetros, el planeta esconde secretos todavía sin resolver de manera científica. Aquí hay uno de ellos, recientemente encontrado por el British Antarctic Survey.
Una serie de criaturas nunca antes vistas fueron encontradas de manera casual. Tras un intento de recolectar un pedazo de sedimento debajo de una capa gruesa de hielo, un equipo de científicos británicos encontró una comunidad de microorganismos adheridos a una piedra congelada.
Una cámara adjunta al taladro utilizado para cavar captó una imagen, la cual estuvo a cargo del Doctor Huw Griffiths, quien mediante el equipo observo algunos organismos similares a esponjas marinas. El hallazgo fue impresionante, el cual desafía todos los parámetros pasados que se tenían para definir la vida en el planeta.
Investigaciones previas ya habían visto algunos depredadores móviles, como peces, gusanos y algunos tipos de krill. Sin embargo, estos animales son fijos, y parecen ser filtradores que dependen de la comida en la superficie. Alejados de la luz solar, estos animales viven en completa oscuridad, con temperaturas cercanas a los -2,2 ° C.
Griffiths se ha mostró sorprendido por las condiciones extremas en las que estos organismos sobreviven. Como biogeógrafo y autor principal de la investigación, mostró su asombro
Este descubrimiento es uno de esos afortunados accidentes que empuja las ideas en una dirección diferente y nos muestra que la vida marina antártica es increíblemente especial y está increíblemente adaptada a un mundo helado”.
Una de las preguntas más importantes que surgió a partir del estudio gira en torno a cómo es que estos organismos nuevos obtienen su energía.
Una de las posibilidades es que el deshielo les pueda transmitir filtraciones de metano. Sin embargo, para entenderlo a profundidad habría que tomar muestras directamente de los organismos.
Sin embargo, esto resulta complicado, dada la posición geográfica extremadamente remota en la que viven. Al día de hoy, gran parte de la plataforma continental de la Antártida está totalmente inexplorada.
Junto con otras bacterias, podría ser que estas nuevas formas de vida convivan con otros organismos diferentes, que la ciencia todavía no ha analizado.
Con información de: Zócalo